Culo inquieto

Ya han pasado dos años desde que llegamos a California tras un paréntesis de otro año viviendo y trabajando en Madrid. El blog sigue su curso, esta vez más centrado en este "life'changing event" que nos está pasando. Y como siempre (o casi)el blog sigue llegando...¡¡¡EN ESPAÑOL!!! Sumamos y seguimos, y añadimos un nuevo miembro a nuestra familia: Sarita Do-Fernández.

miércoles, 15 de octubre de 2008

VACACIONES

Esta semana el papá de Sara tiene vacaciones, y las dos féminas de la casa no podríamos estar más contentas por ello. Nos encanta el asueto de estos macro puentes con que el distrito obsequia a Vinh, poder disfrutar de su presencia, de ratos de ocio en diferentes lugares y con diferentes actividades, el remoloneo hogareño en estos días de frío que tanto invitan a quedarse aquí adentro... en fin, lo que son unas vacaciones otoñales en toda regla. Pero, ¡un momento! ¿Estoy yo de vacaciones? Por un lado siento que sí, porque no estoy trabajando, ergo de vacaciones estoy. Aunque por otro, si no estoy trabajando durante un año entero, tampoco estoy descansando de ello durante esta semana. Al mismo tiempo, no diría yo que esté de año sabático, ociosa y despreocupada de la vida, ya que trabajo pero de otra manera. ¡Ay, qué lío, que ya no sé si estar contenta por las vacaciones o no! Quizá el diccionario me pueda aydar a resolver esta duda existencial. Veamos...
Dice la Real Academia de la Lengua Española que "vacaciones" es el "descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios". Así pues no creo que se pueda decir que yo esté de vacaciones técnicamente. De todos modos, con Vinh en casa mi actividad habitual del cuidado de Sara, si bien no cesa sí que se hace menos cansada porque está más compartida. Sea como sea, por ese semi-descanso y por el ambiente festivo de Halloween, acción de gracias y navidades a la vuelta de la esquina, sí que me siento un poco de vacaciones. A decir verdad, en este país en el que las fiestas y celebraciones son tan seguidas (eso daría para otra entrada del blog por separado) es difícil no sentirse como en una especie de estado de vacaciones perpetuo, o por lo menos si no de vacaciones, sí de lo más festivo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Ajo

Esta mañana, cuando el despertador marcaba las 9:15, me han despertado los gruñiditos de Sara, que se desperezaba en su cunita, aún a caballo entre el sueño y la vigilia. Me he asomado por encima desde mi cama y he visto como sus dos ojitos batían los párpados como alas de mariposa, despacito al principio, y más rápido después. Hemos saludado al sol, a las cosas de la habitación y a la nena, y poco a poco, al ir reconociendo que estaba despieta y con mamá, Sara me ha obsequiado con la más grande y la más desdentada de las sonrisas, para luego regalarme ajo, ajo y más ajo. Habla por los codos, pone las caras más risueñas que he vsito en mi vida, me reconoce, se muestra feliz, y yo no quepo en mí misma de felicidad. Podría pasarme así mirándola toda la vida, con ella en brazos, toda la eternidad. Es tan tierna, tan cálida, tan inocente, y huele tan bien... Me la como a besos sin miedo a que se gaste, apurando cada minuto de esta fase, que no sé cuánto durará, con curiosidad por saber qué deparará la próxima pero sin prisa por que llegue, ya que sé que en algún momento se acabarán sus "ajos" para dar paso a otras cosas mejores.