Culo inquieto

Ya han pasado dos años desde que llegamos a California tras un paréntesis de otro año viviendo y trabajando en Madrid. El blog sigue su curso, esta vez más centrado en este "life'changing event" que nos está pasando. Y como siempre (o casi)el blog sigue llegando...¡¡¡EN ESPAÑOL!!! Sumamos y seguimos, y añadimos un nuevo miembro a nuestra familia: Sarita Do-Fernández.

viernes, 12 de junio de 2009

Todo Acaba

Y hoy lo hace este año que he pasado con Sara en casa. Jamás pensé que fuera a disfrutarlo tanto ni que fuera a pasar tan rápido como lo ha hecho, pero el tan temido día ha llegado hoy, y lo ha hecho regado por lágrimas que no puedo contenter. Es un día extraño y lleno de sensaciones encontradas porque todos mis amigos profesores están súper felices ya que es su último día de trabajo aquí en EEUU y en poco uno a uno se irán marchando a España. Nosotros también volamos el lunes y debería estar contenta como unas pascuas. No es así esta vez y es que a pesar de que entiendo que otras cosas nuevas y mejores estarán a punto de empezar ahora que termina esta etapa hoy no puedo atisbarlas. Hoy pienso en todas las veces que Sara y yo hemos ido a la piscina, la biblioteca, el gimnasio, el centro comercial, los columpios del parque, las fuentes... todas las horas que pasé en la mecedora dándole el pecho, la primera mañana que me aventuré a darle un potito de frutas, todas las fotos, las canciones de Rosa León, los llantos, los golpes, los libros leídos, la alfombra recorrida por ella, las comidas del pasapurés, las horas que ha pasado dormida en mis brazos y las horas que la he contemplado dormida en la cuna. Estas cosas seguirán sucediendo con pequeñas variaciones, pero serán mucho más esporádicas, ya que en agosto volveré a trabajar y hasta que agosto llegue me toca compartir a mi niña con amigo y familiares en Madrid.
Se me parte el alma en mil trozos al pensar que a partir de agosto Sara pasará 8 horas con una extraña mientras yo estoy lejos de ella y una vez llegue a casa sólo podré disfrutarla 4. ¿No es eso acaso contra-natura? Ha de serlo, porque si no, ¿de qué se me rompe el corazoncito cada minuto que este día le roba al reloj, cada día que la semana le come al mes?
Esta ha sido la mejor experiencia de toda mi vida y el verano es el final agridulce a la magia de ser madre que he vivido este año. Espero que todos lo disfrutéis allá donde estéis.
¡Nos leemos en agosto!